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Machinarium

A la hora de dibujar y crear, siempre me han ayudado a encontrar la inspiración e ideas que me faltaban las películas, la música, los libros, trabajos de otros artistas… pero sobretodo los videojuegos. Tienen una magia oculta, que mezcla muy bien el diseño y la mecánica jugable, creando un producto consistente.

Hay muchos videojuegos que merecen ser mencionados, pero en esta ocasión el protagonista es ‘Machinarium‘, una aventura gráfica cuya historia gira en torno a un robot muy simpaticote. Los diseños e ilustraciones de este juego son una pasada, casi convirtiéndolo en una obra de arte interactiva. Me apetecía rendirle homenaje, y de paso practicar un poco con las acuarelas y los pasteles (los de pintar digo, no los de comer… aunque esos también son bien ricos para practicar), asi que aquí lo tenéis, amigos y amigas; el robot protagonista de ‘Machinarium‘:

 

Me encanta el toque de óxido y rugosidad que le dan los pasteles al dibujo. Espero que os guste, y nos leemos en otra actualización 🙂

PD: Grabé el proceso en video como buenamente pude, y aunque la calidad del video es un poco chatarrera… algo se ve xD Os lo pego aqui por si os veis con ganas de echarle un ojo, o dos 😉

http://youtu.be/o4XIx9CU3gI

Mono-Hombre

Los seres humanos, siendo curiosos por naturaleza, desean resolver todas las incógnitas que se les presenten, ya que el raciocinio les vuelve egoístas, por lo que querrán tener una respuesta para todo. Destruimos para construir y construimos para destruir, todo ello mientras nos vamos expandiendo de forma individual pero colectiva, haciendo nuestro lo ajeno al igual que lo haria un niño pequeño encaprichado por el juguete que hay en el escaparate de una tienda de barrio. Por suerte, la naturaleza es sabia, y estamos equilibrados de alguna manera; por algo de estupidez habrá inteligencia, por egoísmo habrá altruismo, por moralidad habrá inmoralidad… pero la debilidad que más pesa es la razón, ese núcleo de cosas que frenan nuestro instinto animal y nos vuelve torpes y previsibles.

En un zoo, un mono estuvo estudiando a las personas que lo observaban desde el otro lado de los barrotes. De alguna forma, se sintió atraído por el comportamiento de esas personas que le tiraban cacahuetes o plátanos a pesar del cartel que lo prohibía. Tras muchos años de aprendizaje, el mono consiguió mimetizar casi a la perfección las costumbres y reacciones humanas, sólo le faltaba hablar… pero eso era lo de menos; los dueños del zoo se aprovecharon de la situación, y convirtieron al mono en una atracción más atrayente (valga la redundancia). Las personas se agolpaban para ver al pobre animal, pagando un buen pellizco de su salario para deleitarse de las gesticulaciones que hacía el mono, imitando casi a la perfección a los humanos, convirtiéndose aquello en un espectáculo bastante irónico y grotesco de personas mirandose mutuamente al espejo.

Años después, siendo el mono ya adulto y habiendo perdido el espectáculo la gracia de la novedad, los dueños del zoo se deshicieron de él. El mono, aun con algunos atuendos que usaba para el espectáculo, anduvo por la calles transitadas de una ciudad, como lo hacía cualquier ciudadano. Era un mono andando entre hombres; nadie se dio cuenta.

El dibujo está hecho con pasteles. Es la primera vez que uso solamente pasteles para colorear un dibujo, asi que igual me ha quedado algo chuchurrío y muy cargado. Ya iré practicando/mejorando con el tiempo, ¡o eso espero!

PD: Joder, es hablar de pasteles y me ha entrado hambre… nos vemos en la próxima actualización, yo me voy a por un Donut™ de chocolate. Un saludo