Todos tenemos nuestras motivaciones para hacer lo que hacemos en la vida, y también distintas cosas o personas que nos inspiran. Inspirarse a uno mismo es muy complicado, casi imposible… pero si cogemos un poco de inspiración de aquí y allá, podemos ir construyendo nuestro estilo. A unos les inspira más un grupo de música, a otros una novela, puede que también alguna película, o quizá videos de gatitos en youtube; hay infinidad de material en el que apoyarse y poder seguir adelante, y nunca nos tenemos que avergonzar de ello.
A mí en lo personal, los videojuegos me han servido mucho como inspiración, ya que he vivido con ellos desde que era un crío… pero no todos los videojuegos han dado la talla. Una de las sagas que más me impactaron fue ‘The Legend of Zelda‘, y por eso le dedico esta entrada en el blog.
Aunque no pude jugar a fondo a ningún Zelda antes de la Nintendo 64 (1998-1999), sí que pude experimentarlos brevemente. Jugué un poco en casa de mi primo al primer ‘The Legend of Zelda‘ de NES, y en casa de un vecino a ‘The Legend of Zelda: A Link to the Past‘ de SNES; no ví ningún juego como esos por aquella época, me llamaron mucho la atención, ¡erán únicos!… pero yo tenía la consola de SEGA, asi que no pude jugarlos en mi casa tranquilamente.
Cuando ya era más mayor, tuve la Nintendo 64, y pude jugar a mi primer Zelda: ‘The Legend of Zelda Ocarina of Time‘. Ese juego me impactó en muchísimos niveles; no sólo por el diseño, o por cómo se jugaba o su historia… sino también por lo que transmitía: esa sensación de aventura que cualquier chaval puede sentir cuando va por la calle y se imagina cosas. Yo quise más. Necesitaba más. En cuanto pude, jugué al resto de juegos de Zelda, tanto en consolas como en emuladores… a día de hoy he jugado a prácticamente toda la saga, y ha sido toda una experiencia que me ha impregnado de muchos matices que me ayudan a ser lo que soy ahora.
Aquí os dejo con un dibujo que hice, con mi propia visión de las aventuras épicas de Link. Puede que no sea el mejor homenaje a esta saga, pero es mi homenaje, y no será el último.
Un saludo 🙂
PD: Proceso en video