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Silent Hill 2

Bueno, ya que la anterior entrada tenía mucho texto y ha quedado un poco densa, publico algo más ligerito, estilo café cortadito después de comer para asentar la digestión. Una pequeña ilustración que hice para la web de videojuegos SpearGames; en esta ocasión quise rendirle homenaje al juego Silent Hill 2.

Silent Hill 2 es una pasada, tiene una ambientación muy absorbente, y una simbología que hace del terror psicológico algo muy interesante… deberíais probarlo si no lo habéis hecho aún. Una experiencia muy disfrutable 🙂

 

 

Me hubiese gustado haberle dado más toques grotescos y surrealistas al dibujo, para rendirle más homenaje al juego… pero no ha habido forma :/ quizá la próxima vez…

 

 

PESADILLA

Notas como la impotencia de la situación se apodera de tu ser; intentas correr, pero tus piernas no se coordinan bien. Intentas gritar, pero no tienes voz. Intentas luchar contra ‘ello‘, pero no te puedes mover. 

Te culpas a tí mismo de la desgraciada situación, ya que permitiste que pasara; bajaste la guardia. Es entonces cuando sientes ese sudor frío, que recorre tu tembloroso cuerpo… sabes que en este mismo instante, se acaba todo para tí. ‘Ello‘ se abalanza sobre ti, sin piedad, quitándotelo todo, asegurándose de que no queden sobras que puedan alertar a sus próximas víctimas.

En otra ocasión, te despertarías empapado en sudor, en tu cómoda y confortable cama, aliviado mientras intentas recuperar el aliento: «Uf, ha sido todo una pesadilla!»… pero no esta vez. No. Esta vez, no puedes despertarte de este mal sueño, porque no estás dormido.

 

Infierno sobre la Tierra

«Cuando no haya sitio en el infierno, los muertos caminarán sobre la Tierra.«

 

Citando la frase de una de las grandes películas de género zombie que hizo George A. Romero (El amanecer de los muertos vivientes), voy a publicar en el blog algo… fuera del estilo habitual. Esta vez no encontraréis humor absurdo, ni algo gracioso. No, en esta ocasión es algo un poco triste, porque voy a hablar sobre zombies, y lo voy a hacer desde su esencia melancólica (ya tendré otra ocasión para reirme de ellos con vosotros, pero no ahora). Asi que si no estáis en un estado de ánimo adecuado, o buscábais humor y alegría, será mejor que dejéis de leer y volváis en otra ocasión, cuando el contenido sea más ameno (os recibiré con los brazos bien abiertos, como es costumbre).

A día de hoy, con la invención de los infectados (zombies que corren), imagino que nadie se toma en serio a los zombies tradicionales… y no es de extrañar, ya que son torpes y no dejan de soltar quejidos perezosos, a diferencia de los infectados, que chillan y te ponen los pelos de punta. Pero claro, igual es que los zombies tradicionales no pretenden asustar, simplemente están deambulando por ahí, cuerpos sin vida caminando, intentando recrear el reflejo de lo que era su vida pasada, tratando de calmar su apetito por la carne humana.

Son lentos, sí, pero son muchos, y como se te ocurra subestimarles, te rodearán en un momento. Pero en realidad no dejan de ser tristes… a pesar de su aspecto demacrado y pútrido, y de su cuerpo frío y sin vida… son como nosotros. Se mueven por inercia, de forma sistemática, tal y como lo hacemos nosotros… intentando buscar algo que llene nuestras vidas, asustados de que llegue el final, aferrados a esperanzas e ilusiones. Muchas veces sonreímos, pero en realidad no sabemos si somos felices. Muchas veces lloraremos, y no sabremos dónde nos duele con exactitud. Casi casi, nuestro dolor se parece al lamento de ultratumba de los zombies… un sonido gutural y grave, como pidiendo ayuda. ¿Ayuda a quién? A nadie en realidad, pero tenemos miedo.

¿Sabíais que los animales protegen sus puntos débiles por naturaleza? En el caso de los perros por ejemplo, su punto débil es la panza, que es donde se encuentran los órganos vitales; es por eso que caminan sobre 4 patas para proteger dicha zona, y sólo se pondrán panza arriba si confian en ti. Los humanos tambien somos animales, pero mucho más orgullosos (entre otras cosas); por lo que jamás reconoceremos nuestros puntos débiles, de hecho, los negaremos. En la mayoría de los casos, no podremos recibir ayuda al no pedirla; y en caso de pedirla, a veces ni la recibiremos, porque muchos se sentirán superiores a nuestra debilidad, y se aprovecharán de la situación. Es triste.

Los zombies son lentos y ridículos, pero nos ganan. No tienen moralidad… no tienen sentimientos… no tienen debilidades, al ser cuerpos sin vida… son la esencia más animal de los humanos. Por supuesto, los zombies en sí, no existen, sólo son personajes de historias de terror; pero no son los monstruos de dichas historias, no, los monstruos somos nosotros.

Para finalizar, os dejo con algo que escribí, simulando el fragmento de un diario que alguien podría encontrar en una película de zombies, ya que el tema es muy apropiado. Ojalá que os guste, y nos vemos en otra ocasión.

¡Cuidaos!

 

Relato de terror

¿Sabéis esa sensación que se tiene en según qué momentos, como de soledad, de melancolía… que no es que te gustaría estar al lado de alguien, sino que lo NECESITAS, como el agua cuando se tiene sed?

Esa misma sensación, que nos presiona desde dentro y nos invade con tristeza, es la protagonista de la siguiente historia. Nadie desea estar solo… algunos toleran la soledad más, otros la toleran menos…. pero al final, nadie puede tratar la soledad con cordura; saca lo peor de nosotros, nos hace seres miedosos, aterrorizados, necesitados… impotentes. Y si a eso le sumas una situación que no comprendes, que se te escapa de las manos… el resultado es algo inexplicable con palabras.

Una chica estaba pasando el verano en la casa de la playa que tenían sus padres; quería alejarse de la ciudad, y relajarse bronceándose al sol, escuchando el rubor de las olas. Esta chica, no tenía una personalidad muy robusta precisamente, por lo que era bastante tímida. La soledad la aterraba, pero su impotencia a la hora de acercarse a gente nueva era aún mayor… así que consiguió convencer a un amigo suyo para que la acompañase a la playa.

Era una buena chica, con sus momentos de brillante genialidad y una simpatía muy dulce; pero sus miedos la bloqueaban, la impedían dar lo mejor de ella… y por desgracia, eso acababa cansando a los que la rodeaban. Su amigo estaba aburrido de tener que acompañarla a todos lados y de estar sacando tema de conversación cada 2 minutos, por lo que se creaban situaciones bastante forzadas… pero como amigo, quería lo mejor para ella, asi que hizo todo lo que pudo para no dejarla sola.

Una noche, después de un largo paseo por la playa bajo los fuegos artificiales, conversando sobre cosas aleatorias, volvieron a casa para descansar. Esa misma noche, era especialmente silenciosa, incluso el mar estaba en calma, y aunque había algo de brisa, el calor interrumpía el sueño de la chica de forma intermitente. No dejaba de dar vueltas en la cama, sin poder dormir durante ratos largos, empapada en sudor.

Oye.. ya sé que puede sonar raro, pero ¿podrías cogerme la mano? No puedo dormir y me estoy agobiando…«- dijo la chica.

Las camas de ambos estaban casi pegadas, con un poco de espacio entre medias suficiente para circular por alli.

Claro, no tengas miedo. No te pasará nada mientras esté yo aquí«- le dijo el amigo de forma dulce, mientras la agarraba la mano.

Dios, tienes la mano bastante fría, yo en cambio me estoy asando de calor!!«- le decía la chica.

En esta cama no hace tanto calor, corre la brisa, si quieres te cambio la cama.«-le ofrecía el chico.

Jajaja, no, tranquilo, así estoy bien«- dijo la chica reconfortada por sentir la compañia de su amigo.

Siguieron charlando durante varios largos minutos, incluso riendo. La chica ya no estaba agobiada, ni tenía miedo, porque sentía la calidez que ofrecía la compañía de su amigo. Estando acompañada, se sentía mejor, con más seguridad… pero no dejaba de pensar en el momento en el que su amigo se iría y volvería a estar sola.

En ese momento, su amigo entró en la casa, apagando en el cenicero el cigarrillo que se estaba fumando afuera: -«Caray, si llego a saber que tú sola te lo pasas tan bien, riéndote a carcajadas, te habría dado un poco más de cancha. Apenas me dabas tiempo para fumarme un cigarrillo a solas, para pensar en mis cosas«.

La chica ya no se reía. Seguía sintiendo el frío de lo que la estaba cogiendo de la mano, a la vez que miraba a su amigo de pie en la puerta, mirándola, extrañado. Giró la cabeza rápidamente a su mano, alarmada.

 

No había nadie.

 

 

El cuervo

Otra actualización hallowinesca más, aunque en esta ocasión no es de ningún monstruo o de algo visceral. Al leer el título es posible que os haya venido a la cabeza El Cuervo, el cómic que posteriormente fue hecho película, en la que trabajó Brandon Lee,  que por cierto está bastante bien (y muchos piensan que está maldita por la misteriosa muerte del actor durante el rodaje de una de las escenas). Algunos comentan que los cuervos guiaban a las almas de los muertos al otro mundo, y si alguien moría de forma injusta, dicha alma no podía descansar hasta reparar el daño sufrido… de ahí el título del cómic/película imagino.

Si me preguntasen cuál es mi animal preferido, no sabría escoger, no me decanto por uno en concreto, hay muchos que me gustan… pero sin duda el cuervo estaría en el top 5. Es un ave bastante común, sí, pero muchos lo trataron como un símbolo espiritual o incluso un dios… y la verdad es que no me extraña, porque tiene un «algo» que no sabría explicar con palabras, que le hace muy atractivo, muy elegante. Es como un ave vistiendo traje (a excepción del pingüino, que también va de etiqueta, pero de una forma más cómica).

El cuervo está relacionado con muchos mitos, leyendas e historias; está envuelto en un aura de misterio, lo que le hace bastante interesante. Por ejemplo, El cuervo, de Edgar Allan Poe. Sabéis de lo que hablo ¿verdad? Los más adictos a los libros habrán leído este poema, y los que no, seguramente habrán visto el capítulo especial de Los Simpson de la Casa del Terror, en el que le dan homenaje, o habrán oído hablar de él: Un joven afligido por la pérdida de su amor, recibe la visita de un cuervo, que posándose sobre un busto, le mira fijamente. El joven, curioso, le hace preguntas al cuervo sobre su amada, intentando mantener una conversación con el, pero el cuervo le responde una y otra vez la frase «Nunca más», lo que hace enloquecer al joven. Mola, ¿eh?

El cuervo, por su naturaleza carroñera, siempre observa, acechando, analizando… incluso se dice que intuye la muerte, para saber dónde habrá carroña que comer. Siniestro, si, ¡pero elegante! Ya que van a ver a la muerte cara a cara, que no les pille en calzoncillos y sin peinar, ¿no?

Tambien voy a mencionar la película Los pájaros, de Alfred Hitchcock, que aunque el cuervo no es el protagonista principal, sino los aves en general… asi hago un poco de relleno. uuuuUUUUUUUUuuuuuh…. ¡ten miedo a los pájaros, mucho mucho miedo!

 

Hay mucha mitología interesante sobre este ave, por ejemplo en la Nórdica, en la que el dios Odín es representado con un par de cuervos en los hombros, uno siendo el pensamiento y otro la memoria; les enviaba a recorrer el mundo, para observarlo, pero temiendo que ambos muriesen… cómo cualquier anciano teme perder su capacidad de pensar y recordar. No soy ningún entendido en el tema tampoco, así que os invito a que busquéis más información vosotros mismos, e incluso corregirme si me he equivocado en algo o añadir más información curiosa en los comentarios. Es un tema interesante.

Es por eso que le dedico esta entrada a este misterioso pero elegante ave, que a pesar de ser bastante inteligente, se le suele relacionar con el mal agüero (que sea negro imagino que ayuda). Algunas leyendas dicen que si miras a un cuervo a los ojos durante un rato, aunque sea en una foto o dibujo, picoteará en tu ventana por la noche para sacarte los ojos, ya que se los diste tu mismo al observarle fijamente……. Nah, es coña 😀

Espero que os haya gustado, y nos vemos en la siguiente actualización (intentaré que no sea dentro de mucho). Un saludo a todos, y gracias por visitar el erizo entintado 🙂