Todas las entradas de: LuisFe

Soy un dibujante apasionado de los videojuegos y del humor absurdo, con lo que no me toméis del todo en serio.

Mono-Hombre

Los seres humanos, siendo curiosos por naturaleza, desean resolver todas las incógnitas que se les presenten, ya que el raciocinio les vuelve egoístas, por lo que querrán tener una respuesta para todo. Destruimos para construir y construimos para destruir, todo ello mientras nos vamos expandiendo de forma individual pero colectiva, haciendo nuestro lo ajeno al igual que lo haria un niño pequeño encaprichado por el juguete que hay en el escaparate de una tienda de barrio. Por suerte, la naturaleza es sabia, y estamos equilibrados de alguna manera; por algo de estupidez habrá inteligencia, por egoísmo habrá altruismo, por moralidad habrá inmoralidad… pero la debilidad que más pesa es la razón, ese núcleo de cosas que frenan nuestro instinto animal y nos vuelve torpes y previsibles.

En un zoo, un mono estuvo estudiando a las personas que lo observaban desde el otro lado de los barrotes. De alguna forma, se sintió atraído por el comportamiento de esas personas que le tiraban cacahuetes o plátanos a pesar del cartel que lo prohibía. Tras muchos años de aprendizaje, el mono consiguió mimetizar casi a la perfección las costumbres y reacciones humanas, sólo le faltaba hablar… pero eso era lo de menos; los dueños del zoo se aprovecharon de la situación, y convirtieron al mono en una atracción más atrayente (valga la redundancia). Las personas se agolpaban para ver al pobre animal, pagando un buen pellizco de su salario para deleitarse de las gesticulaciones que hacía el mono, imitando casi a la perfección a los humanos, convirtiéndose aquello en un espectáculo bastante irónico y grotesco de personas mirandose mutuamente al espejo.

Años después, siendo el mono ya adulto y habiendo perdido el espectáculo la gracia de la novedad, los dueños del zoo se deshicieron de él. El mono, aun con algunos atuendos que usaba para el espectáculo, anduvo por la calles transitadas de una ciudad, como lo hacía cualquier ciudadano. Era un mono andando entre hombres; nadie se dio cuenta.

El dibujo está hecho con pasteles. Es la primera vez que uso solamente pasteles para colorear un dibujo, asi que igual me ha quedado algo chuchurrío y muy cargado. Ya iré practicando/mejorando con el tiempo, ¡o eso espero!

PD: Joder, es hablar de pasteles y me ha entrado hambre… nos vemos en la próxima actualización, yo me voy a por un Donut™ de chocolate. Un saludo

Oda al insomnio II

«6 y media de la madrugada, no hay sueño ni lo habrá;
actualizo el blog como bien pueda, y cuando haya sueño, ya se dormirá.
Los ojos tienen sombras, por la cafeína corporal;
Batman me tendría envidia, ¡eso es algo natural!

Estoy perdido, la noche larga se me acerca y necesito descansar;
ahora que lo pienso, mi Rey Mago favorito nunca fué Baltasar…
El lápiz de mi mano se desliza torpemente, trazando un garabato en el papel,
¿es la inspiración que llama a la puerta? No hijo, no. Aburrimiento, preguntale a él.

Ya está, no puedo más… sin energía en el cuerpo, termino de dibujar,
me tumbo en la cama desvelado, ya que mis ojos, no van a plegar.
Con los párpados abiertos, mi cuerpo descansa en la cama, tumbado,
y aunque transmita un aura triste, sonreiré con algo en mente: ‘Je, blog actualizado’.»

 

Caperucita Roja no se anda con tonterias…

¡Otro día más, en mi periplo de dominar el aleatorio y bello arte de las acuarelas! He de decir que me compré un pincel algo «churrasposo» por eso de ahorrarme unos eurillos, por lo que las pinceladas en el dibujo han sido desastrosas, pero… asi queda más natural y molón, ¿a que si? (mejor no respondáis a eso…); aunque he de decir que los colores del conjunto me gusta como quedan, la verdad, no se a vosotros. Ya me contaréis qué os parece.

No creo que necesite presentaros a Caperucita Roja (no, no tiene una hermana que se llame Cruz… diossantoperdonadesechistehorrible…), la prota del cuento popular en el que le lleva una cesta llena de «vete-tu-a-saber-qué», a su abuelita, y se cruza por el camino con un lobo (pero no un lobo cualquiera, ¿eh? ¡un lobo feroz!… se ve que por aquella época estaban de moda los adjetivos).

En cualquier caso, el tiempo lo cambia todo, incluidos los cuentos, que se adaptan a los tiempos modernos. Yo lo he representado asi:

¿Qué? ¿Que es muy cutre representar una versión moderna de Caperucita Roja, sólo añadiendo un arma en la escena? Si… es posible… pero igual no es el cuento modernizado de Caperucita Roja lo que quiero representar en el dibujo… es lo que tiene el arte, que uno puede pintar borracho cualquier chorrada, y luego alguien le sacará sentido. Mejor no voy a seguir alargando esto, que se me está yendo de las manos, y tanta absurdez es mala. Me voy a ir despidiendo…

A ver si consigo actualizar el blog más, que ultimamente no estoy subiendo mucha cosa… un saludo y espero que os haya gustado lo que hayáis visto. Hasta la próxima 😉

Totoro no es mi vecino :(

Un dibujico en acuarela de un Totoro (el más grande y abrazable de todos). Los que no conozcáis al personaje del dibujo, es uno de los protagonistas de la película de animación ‘Mi vecino Totoro‘, de Hayao Miyazaki.

Me hubiese gustado usar las acuarelas con un dibujo más personal, pero ultimamente no estoy muy inspirado y como vi la película de Totoro hace poco, pues me veía con ganas de hacerle un homenaje a este entrañable bichillo 😀

[Relato] Terreno sagrado

‘Y allí estaba yo, de pie, observando aquel lugar que había estado buscando con ahínco durante tanto tiempo. Ese lugar sagrado que se perdía de vista entre las nubes, mecido por el viento, mientras el sol bañaba con su luz las piedras blancas y las plantas verdosas que formaban dicho paisaje.

Algo llamó mi atención sin embargo; un muro, de color negro, que se interponía en mi camino. Las piedras, de color oscuro, se veian quebadrizas, por lo que no serían rival para mi voluntad, que golpeaba con fuerza, impaciente por llegar a la meta. Pero, de alguna forma, las piedras negras, agrietadas, aguantaban todos los golpes sin inmutarse. El muro no cedía. Mis puños lloraban, deformados por el esfuerzo, y mi voluntad se apagaba, ante tan arbitrario y extraño obstáculo.

Quizá no pude derribarlo, porque no entendía lo que golpeaba, cegado por la impaciencia o una furia que generaba la impotencia.

Me senté… y esperé…’

 

Infierno sobre la Tierra

«Cuando no haya sitio en el infierno, los muertos caminarán sobre la Tierra.«

 

Citando la frase de una de las grandes películas de género zombie que hizo George A. Romero (El amanecer de los muertos vivientes), voy a publicar en el blog algo… fuera del estilo habitual. Esta vez no encontraréis humor absurdo, ni algo gracioso. No, en esta ocasión es algo un poco triste, porque voy a hablar sobre zombies, y lo voy a hacer desde su esencia melancólica (ya tendré otra ocasión para reirme de ellos con vosotros, pero no ahora). Asi que si no estáis en un estado de ánimo adecuado, o buscábais humor y alegría, será mejor que dejéis de leer y volváis en otra ocasión, cuando el contenido sea más ameno (os recibiré con los brazos bien abiertos, como es costumbre).

A día de hoy, con la invención de los infectados (zombies que corren), imagino que nadie se toma en serio a los zombies tradicionales… y no es de extrañar, ya que son torpes y no dejan de soltar quejidos perezosos, a diferencia de los infectados, que chillan y te ponen los pelos de punta. Pero claro, igual es que los zombies tradicionales no pretenden asustar, simplemente están deambulando por ahí, cuerpos sin vida caminando, intentando recrear el reflejo de lo que era su vida pasada, tratando de calmar su apetito por la carne humana.

Son lentos, sí, pero son muchos, y como se te ocurra subestimarles, te rodearán en un momento. Pero en realidad no dejan de ser tristes… a pesar de su aspecto demacrado y pútrido, y de su cuerpo frío y sin vida… son como nosotros. Se mueven por inercia, de forma sistemática, tal y como lo hacemos nosotros… intentando buscar algo que llene nuestras vidas, asustados de que llegue el final, aferrados a esperanzas e ilusiones. Muchas veces sonreímos, pero en realidad no sabemos si somos felices. Muchas veces lloraremos, y no sabremos dónde nos duele con exactitud. Casi casi, nuestro dolor se parece al lamento de ultratumba de los zombies… un sonido gutural y grave, como pidiendo ayuda. ¿Ayuda a quién? A nadie en realidad, pero tenemos miedo.

¿Sabíais que los animales protegen sus puntos débiles por naturaleza? En el caso de los perros por ejemplo, su punto débil es la panza, que es donde se encuentran los órganos vitales; es por eso que caminan sobre 4 patas para proteger dicha zona, y sólo se pondrán panza arriba si confian en ti. Los humanos tambien somos animales, pero mucho más orgullosos (entre otras cosas); por lo que jamás reconoceremos nuestros puntos débiles, de hecho, los negaremos. En la mayoría de los casos, no podremos recibir ayuda al no pedirla; y en caso de pedirla, a veces ni la recibiremos, porque muchos se sentirán superiores a nuestra debilidad, y se aprovecharán de la situación. Es triste.

Los zombies son lentos y ridículos, pero nos ganan. No tienen moralidad… no tienen sentimientos… no tienen debilidades, al ser cuerpos sin vida… son la esencia más animal de los humanos. Por supuesto, los zombies en sí, no existen, sólo son personajes de historias de terror; pero no son los monstruos de dichas historias, no, los monstruos somos nosotros.

Para finalizar, os dejo con algo que escribí, simulando el fragmento de un diario que alguien podría encontrar en una película de zombies, ya que el tema es muy apropiado. Ojalá que os guste, y nos vemos en otra ocasión.

¡Cuidaos!

 

La chica de mirada triste

Oooook, hasta que se me ocurra alguna excusa mínimamente creíble para subir dibujos de Halloween fuera de temporada, voy a actualizar el blog con el dibujo de una chica. ¿Por qué? Joder, ¿y por qué no? ¡las chicas molan! A ver, dibujar animales es genial, son muy simpáticos y se adaptan bien a situaciones humanizadas… y sí, dibujar tíos también está bien, porque estoy ya muy acostumbrado y sale solo… pero nunca será igual que dibujar chicas. Ellas tienen esa cosa… ya sabes… esa cosa…. ese rollo del lenguaje corporal… con su expresividad, sus miradas, sus curv¡¡DIBUJAR CHICAS MOLA Y PUNTO!!

No, va, ahora en serio, dibujar féminas siempre se me dió peor que dibujar chicos, por eso tengo que practicarlo más (y me alegro). Para esta ocasión, no me veía dibujando poses de modelo o pin-up… quería dibujar una chica, sí, ¡pero no de cualquier forma!; algo más natural, con una situación de fondo a libre interpretación. Espero que os guste 🙂

Mi intención era grabar el proceso en video y subirlo a Youtube, pero se me ha escujurrunciado la grabación, y me he quedado a dos velas… por suerte he podido salvar unas pocas capturas, que podrían hacer de muestra del proceso, en caso de que interese:

Clic en la imágen para ver a tamaño King Kong

Éste es el resultado final:

Un saludo!!

PD: Los interesados/as en hacer sonreír a esta muchacha, por favor, manden un sms al 4564 con la frase «A cascoporro» – (elcosteporcadasmsesde1eurogallego+IVA).

¡Gracias Amigo!

Cuando uno usa la creatividad, sin apenas darse cuenta hace uso de vivencias, experiencias y conocimientos de la vida cotidiana, mezclándolo todo en un cocktail bien cargadito, y reimaginándolo con su propio estilo, ¡se está expresando! De alguna forma, acaba volviendose un vicio, siendo necesario el crear historias con los cristales rotos que se tiene en las manos, intentando convertirlos en cristal de Bohemia o algo por el estilo… (siempre con tiritas a mano, porque algunos cortes duelen).

Los recuerdos van y vienen, casi al mismo tiempo que las experiencias; muchas veces no se puede evitar el asociar según qué elementos o situaciones, y te ves obligado a expresarlos. Necesitas expresarlos… porque se desbordan. Y ahí es cuando entra en funcionamiento esa misteriosa maquinaria, que coge dichos elementos a expresar, y los convierte en algo que los demás pueden interpretar en relación a sus propias experiencias.

Ya sean buenas o malas experiencias, en realidad no importa, porque se las recuerda con cariño. Nos hicieron ver algo, moldeándonos. No podríamos olvidarlas ni aunque quisiésemos, porque de una u otra forma, nos inspiran.

A pesar de lo ambiguo de este texto, lo cierto es que soy dibujante, no escritor (ya me gustaría)… y no creo que encontrase las palabras adecuadas para contar lo que querría, asi que no os entretengo más: os dejo con el dibujo de hoy.

Ojalá que os inspire, tanto o más, como me inspira a mi